viernes, 12 de agosto de 2011

Los Mensajes desde la Locura.


La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla.

Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán.

Sólo basta detenerse un poco para darse cuenta que no son los arboles los que nos pasan de prisa cuando vamos en el auto.

Recuerdo al Maestro Cesar Illescas Monterroso en sus clases de psicología en la Facultad de Ciencias Políticas en la UNAM, en las que hablaba de los mensajes desde la locura.
A veces muchas vemos pasar ante nuestros ojos dos cosas que en esencia son opuestas pero que conviven perfectamente y jamás lo notamos.
Por ejemplo todos los intelectuales que hablan de gobierno y aparecen en la televisión pública, o los slogans de las televisoras que hablan de valores, y familia y sus producciones reflejan todo lo contrario.
Una sociedad que habla del valor del estudio, pero que sus modelos de éxito son mujeres bellas y gladiadores que ganan lo que pocos, muy pocos profesionistas ganarán en toda su vida.

Estudiar no deja dinero, patear un balón o hacer una novela sí, es más divertido y no exige tanto.
Producir alimentos, procurar salud, dar seguridad y formar una sociedad no vale de acuerdo con esto lo que sí vale tener un equipo de fútbol o cantar un play back.

Un país que siente orgullo por sus raíces y toda la gente que aparece en los medios electrónicos es ajena físicamente al 90% de la población del mismo.
Un país que es racista con su imagen real.

Ejemplo hay muchos, empresarios que llenan de publicidad los medios y hacen deseables miles de productos aspiracionales y que para poder adquirirlos los consumidores necesitan dinero, ese que no ganan a causa de las feroces políticas de explotación de los propios empresarios.

Políticos que hablan de bienestar de la gente, y que lucen ropa que millones de mexicanos no podrán comprarse en su vida y que tienen acceso para realizar su trabajo a los lujos más ofensivos para quienes dicen representar.
Servidores prometiendo resolver los problemas que aquejan a la ciudadanía, mismos que ellos han generado y que ellos evitan sean resueltos.
Padres de familia preocupados porque sus hijos entren a la escuela y exigen, pero que ellos mismos no quisieron estudiar y jamás toman un libro.
Es un mensaje desde la locura escuchar a los padres que aman a sus hijos y los llenan de alimentos que los enferman, les dedican tiempo de calidad llevándolos al Mac Donalds el sábado y los ven más cuando están divorciados que cuando vivían como familia.
Escucho el discurso cuando la gente que habla de violencia y represión es violenta y represiva para expresarlo y que luchan por cambiar un régimen corrupto y podrido y poner otro igual bajo el argumento que el anterior   también lo es.
Es un mensaje desde la locura, cuando miles quieren quitar a Elba Esther y no se dan cuenta  que debajo de ella hay otro igual, y que no es una persona es un sistema, y que ese sistema tiene que ver con una cultura, y esa cultura tiene que ver con un patrón cultural de comportamiento, y en esa cultura están ellos, pero eso no lo ven.
Cuando millones se quejan de la situación pero no la dejan cambiar, cuando buscan un salario fijo para sufrir porque no pueden ganar más, y repudian uno variable porque ese refleja sus reales merecimientos.
Suena y suenan los mensajes desde la locura cuando la mujer que buscó la igualdad de derechos para defenderse del hombre con esto se volvió más frágil, cuando protestaba de la infidelidad y ahora la facilita, cuando se enojaba de la irresponsabilidad y ahora la subsidia, lloraba por el desamor y ahora es parte de lo mismo, nunca le dijeron que su libertad era a cambio de su libertad.

Cuando una sociedad que vive en la cultura del narcotrafico, defiende la libertad de programar en los medios narco-corridos que fomentan entre sus jóvenes un modelo de vida.

Es un mensaje desde la locura cuando un hombre es libre de comprar todo lo que quiere a crédito y que este hecho termine con su libertad, su tranquilidad y la felicidad que le daría tener todo aquello que compró.

Cuando aquello que se inventó para servir al hombre, lo convirtió en su servidor, cuando su afán de ser diferente lo volvió igual, cuando su arrogancia de ser el más competitivo acabó por desplazarlos.
Diría Alejandro Lerner:

Me prestaron una cara y una forma de pensar
Me dejaron qué no diga y hasta cómo caminar
Me enseñaron a que vista cómo vistan los demás
Y me dieron este número para mi identidad.
Me prestaron un espacio para ser original 
Me dejaron ser distinto si era igual a los demás
Me pidieron que me compre un método para rezar
Me explicaron que no existe lo que no puedes probar.

El hombre sin consciencia de sí mismo vive su propia locura y emite sus mensajes desde la locura.



“Quiero que todo cambie para que siga siento todo igual que antes”

México te quiero en paz
  




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